Quizás hoy sorprendan mis palabras pero es lo que pienso y lo voy a expresar. Las leyes aplicadas para los divorcios, quizás favorecieran a las mujeres en principio , porque éramos las que quedábamos en situación de vulnerabilidad ante un divorcio y siempre se nos asignó el papel principal en el cuidado y crianza de nuestros hijos. La sociedad ha cambiado, por suerte, y cada vez, existen
más padres corresponsables en esa educación, crianza y cuidado de sus descendientes. Pero esas leyes, en muchas situaciones, hoy, comenten trampas. Hay algunas mujeres, quiero pensar que pocas aunque cada vez conozco más casos, que niegan a esos padres el derecho a ver a sus hijos, a disfrutar de ellos, a participar en sus vidas..... Cuando una pareja decide separarse, nunca debe utilizar a los hijos como moneda de cambio, instrumento de presión o venganza contra el otro. Las leyes, deben cambiar; para que ninguna mujer tenga la posibilidad de poder oprimir al padre. Los derechos de maternidad no deben estar por encima de los de paternidad cuando un padre es responsable y copartícipe de la crianza de sus hijos e hijas. Desde el feminismo también debemos reconocer esta casuística, ya que nos hace un flaco favor a nuestra lucha. El feminismo es igualdad, y como tal debe denunciar situaciones injustas. Soy mujer y madre, he ejercido mi maternidad en solitario, pero no todos los hombres se escabullen de sus responsabilidades, y ésos, los que quieren a sus hijos y quieren hacerse cargo de ellos, no debemos consentir que la madre, los humilde y juegue con su vida, ya que deben darse cuenta, que a las únicas personas a las que se le hace daño, es a sus hijos e hijas.
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